El CTO de Ripple ofrece opiniones interesantes sobre la Operación Chokepoint 2.0

Como inversor criptográfico experimentado con un gran interés en la intersección de la tecnología y la ley, estoy totalmente de acuerdo con la postura de David Schwartz sobre la Operación Chokepoint 2.0. Habiendo sido testigo de la rápida evolución de la industria de la criptografía, he visto de primera mano cómo la regulación indirecta puede sofocar la innovación y socavar el debido proceso.

En una publicación reciente de X, David Schwartz, director de tecnología (CTO) de Ripple Labs, hizo una dura crítica a la Operación Chokepoint 2.0. Condenó el acto como un peligroso abuso de poder que socava el debido proceso y los derechos constitucionales.

Significativamente, se dice que la Operación Chokepoint 2.0 influye en los bancos para que interrumpan las relaciones con negocios específicos relacionados con las criptomonedas. Esta acción podría ocurrir sin evidencia de irregularidades por parte de estas empresas. Este método ha suscitado intensos debates sobre la excesiva interferencia gubernamental y la posible aplicación indebida de medidas de control indirecto. Los críticos sostienen que esta estrategia infringe el debido proceso y podría sentar un precedente perjudicial para el escrutinio de actividades legítimas.

Operación Chokepoint 2.0 y regulación indirecta

Se dice que el gobierno persuadirá a los bancos y otras entidades financieras, a través del programa Operación Chokepoint 2.0, para que se abstengan de brindar servicios a los usuarios de criptomonedas. En lugar de llevarlos ante los tribunales o presentar pruebas de su mala conducta, están restringiendo indirectamente su acceso a los recursos financieros.

Como resultado de esta iniciativa, a las empresas y personas que respetan la ley se les niegan servicios bancarios cruciales incluso después de seguir los procedimientos legales adecuados. Al mismo tiempo, el gobierno elude su deber de presentar pruebas de mala conducta ante un tribunal de justicia.

A través de métodos indirectos y sin proporcionar pruebas sólidas ni sanciones oficiales, el gobierno parece estar imponiendo sanciones a las empresas de criptomonedas, lo que genera debates sobre equidad, apertura y responsabilidad.

La Operación Chokepoint 2.0 fue (o posiblemente sigue siendo) una iniciativa gubernamental destinada a influir en los bancos para que cortaran los servicios financieros a personas y empresas consideradas «desfavorecidas», sin ninguna actividad ilegal comprobada. Esta táctica, conocida como regulación indirecta, es un método controvertido que elude los procesos normales al…

—David «JoelKatz» Schwartz (@JoelKatz) 30 de noviembre de 2024

En el centro del debate se encuentra la regulación indirecta, un sistema que a menudo culpa a una parte por acciones que otra puede haber cometido. Este concepto queda claramente demostrado con las sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos a Tornado Cash. Recientemente, un tribunal federal anuló estas sanciones en una importante victoria para los derechos de privacidad.

Este método impone a instituciones como los bancos una responsabilidad desequilibrada de controlar a sus clientes, infringiendo potencialmente libertades constitucionales fundamentales.

Este método elude los procedimientos legales al imponer sanciones a individuos u organizaciones sin presentar cargos oficiales, al tiempo que sofoca la libertad de expresión al castigar sutilmente las expresiones legales. Además, se aprovecha de los derechos de privacidad al obligar a terceros a revelar y difundir datos personales.

El llamado a la acción del CTO de Ripple

David Schwartz lo dejó claro y claro en su declaración, abogando por la eliminación de todas las regulaciones encubiertas. Sostuvo que los métodos ocultos a veces podían servir como sustituto de una aplicación legítima de la ley y de acciones legislativas apropiadas.

En lugar de redactar leyes o exponer malas conductas, destacó la tendencia del gobierno a delegar sus tareas cuestionables a organizaciones privadas.

Schwartz advirtió que el control indirecto podría tener importantes repercusiones a largo plazo. Tales efectos podrían implicar la dificultad de monitorear acciones ilícitas al llevar a las empresas a la sombra. Además, destacó que dicho sistema penaliza injustamente a personas sin el debido proceso, fomentando así un sistema judicial en la sombra inequitativo.

En lugar de insistir en los errores del pasado, Schwartz hizo hincapié en encontrar remedios futuros en lugar de instigar acciones reparadoras. Abogó por la implementación de barreras legales para protegerse contra regulaciones no deseadas que podrían infringir los derechos fundamentales y erosionar la confianza en el sector financiero.

2024-11-30 17:08