Reseña de Hellboy: The Crooked Man: «La versión en pantalla grande más cercana a los cómics hasta ahora»

Reseña de Hellboy: The Crooked Man: "La versión en pantalla grande más cercana a los cómics hasta ahora"

Como jugador experimentado con más de dos décadas de inmersión en el vibrante mundo del entretenimiento digital, puedo decir con confianza que «The Crooked Man» se destaca como una versión refrescante y atractiva del universo Hellboy. Habiendo crecido con la atmósfera oscura y melancólica de los cómics de Mike Mignola, es alentador ver una adaptación cinematográfica que logra capturar la esencia de estos cuentos de manera tan efectiva.


Si la adaptación de Hellboy de Neil Marshall de 2019 le pareció decepcionante, entonces la nueva versión dirigida y coescrita por Brian Taylor (Crank, Mom and Dad, Brave New World) podría ser un soplo de aire fresco. Esta interpretación está más alineada con el personaje de Dark Horse Comics, ya que el creador Mike Mignola contribuyó significativamente al guión. A diferencia de las bellas películas de Guillermo del Toro de los años 2000 (Hellboy en 2004 y Hellboy: The Golden Army en 2008), esta versión enfatiza la dureza sobre los elementos poéticos.

Basada en la serie «The Crooked Man» de 2008, HTCM está ambientada en los Apalaches durante el año 1959. La historia se desarrolla cuando nuestro protagonista, un ser mitad humano y mitad demonio (brillantemente interpretado por Jack Kesy), se asocia con una nueva agente de la Oficina de Investigación y Defensa Paranormal, Bobbie Jo Song (Adeline Rudolph, lamentablemente infrautilizada). Juntos, se involucran en una lucha contra la encarnación local del Mal, interpretado por Martin Bassindale.

En este cautivador reino envuelto por la niebla y la oscuridad, hay oradores ciegos y almas intercambiadas. Aquí, una mujer se transforma de una criatura parecida a un zorrillo por la noche y regresa a su forma humana después de vagar por el bosque.

The Crooked Man está en su mejor momento en una sabrosa primera mitad que ofrece fotografías crepusculares y de enfoque superficial (haga una reverencia, director de fotografía Ivan Vatsov) y un dialecto rural tan picante y espinoso como grosellas silvestres. 

Sin embargo, a medida que avanza la película, la película de Taylor pasa a múltiples escenas de lucha largas. Ocasionalmente aparecen efectos CGI intrusivos frente a los predominantemente prácticos, y hay algunas ediciones novedosas que distraen. Sin embargo, hay mucho que apreciar, lo suficiente como para generar anticipación por futuras películas de Hellboy ambientadas en los años 60, 70 y 80 si Taylor sigue adelante con sus intenciones.

2024-09-12 17:10